Chloé suelta una risita tumbada en la cama, escuchando la súplica desesperada de su pretendiente. Juguetea con el frasco de perfume que lleva su nombre. En cuanto a su Jules, se muere por no volver a verla, hablando a solas con un contestador gélido que parece reírse también en su ...Chloé suelta una risita tumbada en la cama, escuchando la súplica desesperada de su pretendiente.
Juguetea con el frasco de perfume que lleva su nombre. En cuanto a su Jules, se muere por no volver a verla, hablando a solas con un contestador gélido que parece reírse también en su cara. Chloé no es cruel, sólo traviesa.
Y le encanta cuando languidecen en una cinta, agotándose con palabras de amor que ella escucha una y otra vez. Esto es lo que la casa de perfumería Chloé quiso embotellar cuando creó "Chloé", un eau de parfum ligero hecho para esos momentos de placer narcisista. Es esta mujer traviesa que no puede evitar oscilar entre sentir lástima por el pobre bastardo y divertirse con sus sentimientos hacia él.
Es una joven desenfadada, que sabe en el fondo que estas pasiones son pasajeras, que a lo sumo dejan la huella de un aroma que flota en el aire, como su perfume, pero que no son más que recuerdos de notas embriagadoras aspiradas en sábanas de satén. Con sus notas florales de rosa y polvo, Chloé es un eau de parfum que se desliza delicadamente sobre la piel, se imprime en las esperanzas de los pretendientes y muere de madrugada en la grabación de un contestador burlón.